Galletas de avena light
Las galletas de avena, cuando se hacen bien (y con esto quiero decir suaves, crujientes y con el horneado perfecto) son de mis favoritas.
Pero en esta ocasión he querido modificar ligeramente la receta para quitarle todas las calorías posibles y hacer unas galletas light, con una textura crujiente, pero sin remordimientos.
Un nuevo giro en un clásico. Te reto a tratar de mantener tus manos fuera de la caja de galletas.
Ingredientes para unas 13 galletas:
- 250 gr de margarina light
- 100 gr de azúcar
- 165 gr de azúcar moreno
- 2 claras de huevo
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 60 gr de harina para todo uso
- 1 cucharadita de bicarbonato de sodio
- 300 gr de copos de avena
Listo en 18 minutos
Precalienta el horno 190 grados C. Prepara una bandeja de horno forrada con una lámina de papel vegetal, o utiliza una bandeja para galletas antiadherente.
En el bol de la batidora y con la pala, bate a velocidad media la margarina, el azúcar blanco y el azúcar moreno hasta que esté suave.
Añade las claras de huevo, de una en una, sin añadir la siguiente hasta que la anterior se haya integrado.
Agrega el extracto de vainilla y mezcla de nuevo. Tamiza la harina y el bicarbonato de sodio y añádelo a la mezcla de azúcar.
Incorpora los copos de avena y remueve suavemente justo hasta que se integren.
Coge una cucharada de la masa de galletas y colócala sobre la bandeja del horno. Tiene que ser de forma circular y no hace falta aplastarlas, ellas solas se bajarán en la cocción.
Introdúcelo en el horno caliente durante unos 8 o 10 minutos, hasta que las galletas tengan un color dorado. No importa que todavía estén un poco blandas, durante el enfriamiento se endurecerán.
Repite el proceso hasta acabar con la masa de galletas. Probablemente tengas que hacer varias tandas de horneado porque no entran todas de una vez.
Sácalas del horno y deja que enfríen sobre la bandeja durante 5 minutos antes de sacarlas a una rejilla para enfriar completamente.
Las galletas se pueden mantener en un recipiente hermético a temperatura ambiente durante un máximo de 1 semana o en el congelador durante un máximo de 6 meses.
Como alternativa, la masa de galletas sin hornear se puede almacenar en un recipiente hermético en el frigorífico hasta un máximo de 5 días, o en el congelador durante un máximo de 4 meses, por lo que puedes hornear las que vayas a comer y guardar el resto de la masa para el futuro.